Cautivadores, mágicos, exóticos, serenos, únicos, salvajes, grandiosos, la lista de calificativos para nuestro territorio aún puede ser muy larga. Cada estación es diferente y trae consigo un ambiente especial en Aubrac. Aquí tienes una selección de los paisajes más bonitos que podrás admirar e incluso fotografiar durante tu estancia. No dudes en compartirlos en las redes sociales para que beneficien al mayor número de personas posible.
Primavera: tiempo de flores
y verdor
En primavera, Aubrac se cubre de una multitud de flores. Los pastos verdes son de una belleza impresionante. La magia del territorio está indiscutiblemente presente en esta época del año.
Verano: un cielo multicolor
La temporada de verano es la mejor época para descubrir los lagos que bordean las gargantas de Truyère y la meseta de Aubrac. Sus reflejos azules invitan a disfrutar de la suavidad del agua. El verano también es la mejor época para admirar el cielo, ya sea temprano en la mañana para capturar las primeras luces del día, o en medio de la noche para admirar las miles de estrellas titilantes.
Otoño: una atmósfera misteriosa
y cálido
El territorio está cubierto en gran parte de bosques. El otoño es ideal para ritmo y admirar el color cambiante de los árboles. La neblina que se eleva desde el desfiladero aporta una atmósfera particular al paisaje, casi mística.
Invierno: calma y silencio
grandes espacios
Cuando llega el invierno, la meseta se vuelve silenciosa. Cubierto de escarcha en la madrugada, también se puede envolver en un bata blanca gruesa. La magia de Aubrac nunca está más presente que durante los largos meses de invierno.